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Señora Camioneta

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De visita en casa de unos amigos, el día de ayer, me topé con esta imagen entre maderas y envases vacíos. El desafío era poder capturar la fotografía con un 35 mm que sólo me permitía abarcar una parte de la camioneta a la vez. Recordé unos videos que había visto de Brenizer y una técnica que usaba para sus fotos de bodas, en las que usaba panoramas con fotografías tomadas con muy poca profundidad de campo. Como resultado final, el uso de ese método me permitió tomar la fotografía con muy poca luz, a la vez de resaltar los vehículos entre el caos imperante en ese galpón. Lo demás fue desaturar un poco los colores menos relevantes y me quedo con esta versión, por ahora. Sí, por ahora, que luego me cambia el gusto o aprendo algo nuevo y voy con otra.

Remeros del Calle-Calle

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Estaba de vacaciones en Valdivia y ese día me levanté temprano para ver si podía robar alguna foto al río. Había una niebla muy pesada por lo que no tenía mucha esperanza, pero de pronto, de la nada, aparecieron estos remeros. Si bien la foto original es un poco más nítida, esta imagen se asemeja más a lo que quería obtener.

Organillero en San Antonio

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Revisando mis fotos me encontré esta. Es del verano y no recuerdo haber tenido nada en particular en mente mientras la tomaba. Hoy me gustó; creo que algún nieto o bisnieto algún día se sorprenderá al verla, y ojalá alguien le cuente de los organilleros y el lorito que entregaba la suerte por unas monedas.
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Y más de 9 años después, heme aquí. La vida ha dado un par de vueltas, pero no pienso seguir contando intimidades. Al cabo que da lo mismo, porque si invento la mitad de lo que escribo, tan intimidades nunca fueron. Es más, puede que también sea mentira el hecho de que no eran intimidades. En fin. Agrego este posteo como mera prueba de mi gran interés por no perder la información aquí contenida (no vaya a ser cosa que me lo borren por inactivo). Qué he hecho en este tiempo... me casé, tuve un hijo y me alejé de mis afanes letreriles pasándome un poquito más hacia la vereda fotografil, que también tiene el efecto de hacer parecer que esto de vivir pueda importar algo. Qué tipo de fotos... Algo así: Ah, también me ha dado por modificar fotos. Es una forma de aproximarme al arte de las viñetas, dado que nunca fui bueno para el dibujo, aunque sí me encantaba imaginar viñetas... Qué tipo de modificaciones? Memes, que le llaman. Algo así:     -QUIERO DESMENTIR, CATEGÓRICAMEN

La Gorda

Tras largos minutos apareció Sofía moviendo la cadera de lado a lado por entre las mesas. Uno a uno los cuellos de los comensales se iban torciendo descaradamente para ver el descomunal culo que se ofrecía moviendo sus nalgas como una vendedora de orilla de camino que agita su banderita blanca. El silencio total que se había hecho en el momento en que la gorda se presentara en la puerta, iba siendo devorado por una ola de murmullos que la seguía pegada a sus caderas, mientras se dirigía hacia mi mesa como si me hubiera conocido de toda la vida. El culo derramándose en la silla fue el ademán del director que ordenaba a su orquesta terminar los susurros y dar paso a los comentarios descarados acerca de la ridícula sensualidad de la potona, los que, por ser tantos y al mismo tiempo, no escuchaba. Tengo el convencimiento de que nunca alguien le dijo que sus días de gloria habían pasado, y seguía por ahí, por la vida, convencida de que el hecho de tener las caderas más anchas q

¡¡¿¿Qué pasó con la pesca??!!

Algo no anda bien, algo no encaja. Recuerdo mi entusiasmo infantil respecto a la pesca, y los mil planes que me hacía para ‘el futuro’. Sin ir más lejos, hace unos 10 años atrás (en realidad no es tan cerca tampoco), cuando llegamos a Constitución, con mi cuñado teníamos unas cañas que daban vergüenza y nuestro medio de transporte llevaba cordones. Sin embargo, nos las arreglábamos para salir de pesca por ahí los fines de semana, y hasta dentro de la semana; tras la jornada de pega a veces le dedicábamos un par de horas a los robalitos. Invariablemente el tema de conversación giraba en torno a lo felices que seríamos con un autito; incluso, si andábamos pesimistas, bajábamos hasta las bicicletas como una opción viable. No es fácil confesarlo, pero sí: Envidiábamos a quienes llegaban a pescar en auto. Con el tiempo mi cuñado se compró su carrito. ¡Le dejó de gustar la pesca al wn! Sospecho que nunca le gustó. Si lo analizo fríamente, estaba recién casado… quizás quería quedar bien con e

¡Tanto tiempo!

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Bueno, bueno. Ya me aburrí de no escribir nada. Estaba fome la vida… no teniendo nada muy bueno que contar me había quedado callado, pero de pronto me viene la idea, el pensamiento, la intuición quizás, de que si sigo esperando que me pasen cosas buenas me va a llegar la hora y no habré escrito nada más. De hecho, estoy por convencerme que los hnes que escriben rara vez, por no ser tan dramático y decir nunca… rara vez, digo, escriben motivados porque les está yendo ‘la raja’. En todo caso, me está yendo la raja, así es que escribo con mayor razón. Solo que habiendo tomado esta decisión tiendo a pensar que también debí hacerlo cuando no se me estaban dando las cosechas. Digo, como pa que no piensen que soy demasiado afortunado. Ya no recuerdo de qué escribí la última vez, y la verdad no me interesa mucho en este momento entrar al blog y revisarlo, así es que si me salto etapas muy largas, o me repito, me perdonan. Mejor empiezo a contar desde hoy. Vengo de llevar a las niñas a la playa